miércoles, 16 de enero de 2008

/cerrado por vacaciones



Por Mendoza (Argentina), después comentaré algo de utilitarios que usé para dejar mi computadora a punto antes de irme, del viaje (sola por primera vez), y subiré algunas fotos. Ahora estoy en un cyber, y tengo poco tiempo.

Es un contraste con el enero sordo de Montevideo, mucho movimiento, y mucho pero mucho turista (joven en general), la mayoría europeos y anglos (australianos, canadienses, de UK y algun yanki).

Estoy en un hostel, salvo unas porteñas y yo, son todos europeos, si no se tiene conocidos en Mendoza, es mas fácil interactuar con los turistas (complicidad del viajante), que con los locatarios.

Hablar ingles, el esperanto del imperio, es necesario.

Tiene un raro encanto conocer gente de paso, las personalidades condensan lo esencial para comunicarse, mezcla de pragmatismo y sensibilidad, luego, a veces, viene el conocimiento algo mas profundo. Lo mas profundo que pueda ser en estas circunstancias, como siempre, depende.

Viaje extraño, vine para sentirme mas arraigada a un lugar que me gusta, y por una razón que ni se bien cual es, me siento muy cómoda conmigo, pero lo paradógico es que he estado poco con los lugareños esta vez. Y los lugareños contribuyen a que sus historias y lugares sean míos en eso de compartirlas.

Mis paseos han sido con franceses, porteños y suecos.

En otro momento, cuando me explaye más sobre este viaje, comentaré sobre las dificultades que implica moverse por los lugares adecuados de Mendoza.

Huyo de las excursiones, vidriera falaz, prefiero moverme por la mía, pero hacer de estos lugares algo propio lleva tiempo. Sobre todo en Mendoza, obtener la información correcta, saber cuales son los lugares típicos, los auténticos, no los tipical, los típicos, es todo un arte. Ya hablaré sobre eso.

Mendoza ciudad, provincia, es como su gente, requiere de paciencia hasta llegar a conocerlos y aprovecharlos bien (analogía inevitable, el vino).