/en Cinemateca 18 el cine de Ariane Mnouchkine y el Theatre Du Soleil
Vía aldo por mail, me llega esta información sobre actividades de Cinemateca, aunque hace tiempo que no ando por esos lados, leyendo esta información quizás me pintan motivos.
Desde el martes 11, Cinemateca 18 repasa el aporte cinematográfico de la mundialmente famosa directora teatral Ariane Mnouchkine, al frente de su Theatre du Soleil. Esa muestra se enmarca en la serie de actividades que Mnouchkine habrá de desarrollar en estos días en el Río de la Plata, iniciadas con la presentación en el Festival de Teatro de Buenos Aires de su espectáculo
Les Epheméres, que debió ser la función de inauguración pero por demoras en la llegada de la escenografita tendrá lugar el próximo fin de semana. También se prevé la presencia de Mnouchkine en Montevideo para el lanzamiento del libro El arte del presente de Fabienne Pascaud, editado por Trilce y consistente en una serie de entrevistas a la directora, que fue traducido al castellano por las uruguayas Margarita Musto y Laura Pouso.
La propia Mnouchkine ha dicho que su trabajo se formula como una indagación sobre la capacidad del teatro para representar la época actual. Este compromiso hacia las cuestiones importantes, tanto políticas como humanas en general, se mezcla con la búsqueda de grandes formas de relatos que hace confluir Oriente y Occidente. Cautivada por la noción de "compañía de teatro" como una tribu o familia, Mnouchkine produjo la ética del grupo sobre reglas elementales: todos cobran lo mismo y el reparto definitivo de un espectáculo se decide después de que los actores ensayaron los diferentes papeles. El Theatre du Soleil es una
de las últimas compañías que en Europa funciona como tal.
Historia
En 1964 estrenaron su primer espectáculo Les petits bourgeois de Gorki. Luego vinieron Capitaine Fracasse (1965), basado en Gautier; Sueño de una noche de verano (1968) de Shakespeare, adaptación de Philippe Léotard; y Les clowns (1969), en colaboración con el Teatro de la Comuna de Aubervilliers. En 1970, el Théâtre du Soleil se instaló en la Cartoucherie del bosque de Vincennes, transformándola en teatro. Además presentaron en el Piccolo Teatro de Milán 1789, espectáculo sobre la Revolución Francesa; su segunda parte, 1793, se estrenó tres años después en la Cartoucherie.
A partir de 1981, la compañía entró en un período que combinó la investigación sobre el teatro contemporáneo y la necesidad de volver a las fuentes teatrales.
Empezaron a trabajar los dramas históricos de Shakespeare. El resultado fue la puesta de Ricardo II (1981), de Noche de reyes (1982) y de la primera parte de Enrique IV (1984).
En 1985 Ariane Mnouchkine comenzó una colaboración con Hélène Cixous que continúa vigente. Esta autora escribió varias obras para la compañía, entre ellas Et soudain des nuits d'éveil (1997), sobre el exilio y el aniquilamiento del pueblo tibetano y Tambours sur la digue (1999), con forma de obra antigua para marionetas pero representada por actores, Entre 1990 y 1992, el Théâtre du Soleil presentó el ciclo de las Átridas: Ifigenia en Aúlide de Eurípides y La
Orestíada de Esquilo (Agamenón en 1990, Las coéforas en 1991 y Las euménides en 1992).
No hay que sorprenderse de que Mnouchkine haya tenido bastante que ver con el cine. Su padre, Alexandre Mnouchkine, fue un productor importante, y Ariane era muy joven cuando trabajó como colibretista de El hombre de Río, una comedia de aventuras protagonizada por Jean-Paul Belmondo. En 1974 Mnouchkine filmó su primera película sobre 1789 ofreciendo un testimonio inédito sobre el trabajo del Théâtre du Soleil de esa época. En 1977 Mnouchkine realizó la película Molière, ou la vie d'un honnête homme, con los actores del Théâtre du Soleil y otros como Jean Dasté. El proyecto contó con la participación de la televisión (Antenne 2 y la RAI ), hecho inédito en el cine francés. Esos y otros trabajos suyos integran esta muestra acerca de las relaciones de Mnouchkine con el cine, que bien pudo incluir también La Ville Parjure, ou le réveil des erinyes (1994) de Hélène Cixous, del que se realizó un film dirigido por Catherine Vilpoux compuesto por imágenes del espectáculo y los documentos de archivo que dan cuenta del escándalo de la sangre contaminada en el que se basó el texto.
Ese film no está, pero sí, en cambio; el documental Au soleil même la nuit, scènes d'accouchement deEric Darmon y Catherine Vilpoux, sobre el proceso de creación del Tartufo por el Théatre du Soleil. La muestra se realiza con el apoyo del Departamento de Difusión de la Embajada de Francia en Montevideo.
Programación
- 1789 (1789). Francia 1974. Directora, Ariane Mnouchkine. Con Roland Amstutz, Lucia Bensasson, Jean Claude Bourbault, Philippe Caubére. La puesta del Théatre du Soleil en la Cartoucherie de Vincennes es una visión muy crítica (y heterodoxa) de la Revolución Francesa, y también un espectáculo arrollador en el que los actores circulan sobre un complejo escenario y entre el público. La filmación hace justicia a la propuesta. (martes 11 y domingo 16).
- MOLIERE (Moliére). Italia/Francia 1978. Directora, Ariane Mnouchkine.
Con Philippe Caubère, Marie-Françoise Audollent, Jonathan Sutton. La biografía del famoso comediógrafo francés, sus ascensos y caídas, sus amores, y las intrigas en la corte de Luis XIV, en un relato de largo aliento (basta ver la duración) que resulta aún más largo en la simultánea miniserie de televisión que Mnouchkine realizó con el mismo equipo (miércoles 12 y domingo 16).
- EN EL SOL INCLUSO DE NOCHE (Au soleil même la nuit, scénes d'accouchements). Francia. Directores, Eric Darmon, Catherine Vilpoux. Un documento sobre la "cocina" de un espectáculo teatral: específicamente, el Tartufo de Moliére (jueves 13, sábado 15).
- TAMBORES EN EL DIQUE (Tambours sur la digue). Francia 2002.
Directoras, Hélène Cixous, Ariane Mnouchkine. Con Duccio Vannucini Bellugi, Juliana Carneiro da Cunha, Renata Ramos Maza. Al llevar a la pantalla esta puesta de Ariane Mnouchkine la directora conservó el mismo mecanismo del original teatral de 1999. Una metáfora radical sobre el poder y el destino, reinterpretada cinematográficamente aunque manteniendo la poesía de su material básico. En programa: ARIANE MNOUCHKINE (Ariane Mnouchkine). Documental. (viernes 14).
- LA ULTIMA CARAVANA (Le dernier caravanserail). Francia 2006.
Directora, Ariane Mnouchkine. Con Shaghayegh Beheshti, Duccio Vanuccini Bellugi, Sébastien Brottet-Michel Una enorme puesta sobre un tema crucial (la inmigración y la situaciòn de los refugiados). Un espectáculo-río en dos partes (Le fleuve cruel y Origines et destins), potente y reflexivo a la vez. (sábado 15).
Credo
Hace poco se le preguntó a Ariane Mnouchkine cuál era su método de trabajo. Y ella respondió: "Yo creía que no teníamos método y después, cuando vi la película sobre Tartufo vi que teníamos un método, pero el del buen alpinista que modifica su equipo en función de la montaña a escalar, del tiempo, del día; si está helado, si es verano, invierno, si es la pared norte, sur, el Himalaya,
los Alpes o los Andes. Cambia, ¡pero sigue siendo un alpinista! Tengo la impresión de que al comenzar los ensayos, hay una montaña enorme que habrá que escalar y, lo importante, en ese momento, es elegir los crampones adecuados e ir liviano, sin valijas".
"Nosotros, a veces, no sabemos muy bien qué es este espectáculo que estamos montando. Por supuesto hacemos el espectáculo: nos levantamos todas las mañanas para venir y trabajar muchas horas. Pero también, en cierta forma, el espectáculo nos llega. Nos llega por Shakespeare, por Sihanouk, por Gandhi o por Nehru; nos llega por médicos corruptos que venden sangre contaminada, nos llega por Tartufo o por refugiados e inmigrantes que nos cuentan sus historias. Lo que nos es difícil confesar es que este espectáculo nos está llegando por
nosotros. Y así, en cierta forma, por ustedes".
Así define Ariane Mnouchkine a Les Ephémerès (Los efímeros), su última experiencia de ocho horas de duración. Una saga de escenas conmovedoras. No hay una única trama. "Es un espectáculo que está hecho de cosas que surgen espontáneamente de cada uno de los actores, de nosotros, de todos nosotros; que se mezclan, se entretejen. Hay una unidad pero no existe un guión, no hay vínculo. Las piezas no encajan, son cosas que emergen en la superficie. Son
miradas parciales, más que un encadenamiento de sucesos", ha dicho Mnouchkine.
Después de haber trabajado a partir de grandes autores y profundas problemáticas la creadora, esta vez, descubre en la intimidad del hombre y en lo efímero de su vida una posibilidad para la creación. Ha partido de observar la finitud de la vida, la muerte inevitable del hombre y, entonces, se ha puesto a recordar, a buscar en su memoria y en la de los actores, aquellos momentos definitorios que no sólo pueden dar cuenta de un instante en la vida de alguien, sino del germen de una sociedad, una época, un mundo.
Trabajar lo privado "no quiere decir para nada que no me interese en la política -ha dicho-. No hay que confundir lo íntimo con lo privado. No se trata con este espectáculo, que parte de momentos vividos por los actores y por mí misma, de hablar de algo que a usted no le incumbe. Por el contrario, es algo que a usted le toca, le atañe, porque yo soy usted y usted es yo. En muchas circunstancias.
Es verdaderamente el darse de Shakespeare: usted llora cuando yo lloro; usted ríe cuando yo le hago cosquillas. Hay en nuestro espectáculo ese síntoma shakespeariano del reconocimiento, si no esto no tendría ningún interés".
Y agregaba: "Aunque no levantemos la bandera de alguna causa, como en otros espectáculos, aquí se agitan un montón de pequeñas banderas que dicen: ¿es que tal o tal otra situación no le recuerdan algo? Y si eso le recuerda alguna cosa, bien: tengamos un poco de amenidad los unos con los otros y un poco más de memoria En el fondo es eso: cómo los seres humanos pueden, a través de su amor, de su compasión, de sus ideales, atenuar enormemente el mal que hace el
mundo".
Entre los actores que interpretan Les Ephémères se cruzan cuatro generaciones.
"Las mismas que coexisten hoy en el Soleil, incluyendo a los niños que tienen su parte", aclara Mnouchkine. Ellos hablan del pasado y del presente. Lo que deja muy en claro la directora es que, en ese cruce, la historia individual, íntima, muchas veces estará atravesada por la otra historia, la que se escribe con mayúsculas.
www.cinemateca.org.uy
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