domingo, 1 de marzo de 2009

/domingo de carnaval



Estuve en dorkbot, buen clima como siempre, bastante gente para ser un domingo muy lluvioso de carnaval.
Al comienzo unas breves palabras de introducción y de presentación sobre el artista, quien hizo una síntesis (síntesis de más a mi parecer) del trabajo que iba a presentar. Parecía muy tímido, tal vez fue eso.
Estuvo bueno, y me gustó aun más cuando vino el intercambio y explicaciones con el público posterior a su presentación. Aun así, por la extensión y el tipo de performance, tuve una sensación de monotonía, pero en suma me gustó.
La platea atenta, colgados, la lluvia de fondo aportaba su cuota de complicidad a la necesaria en ese tipo de performance.

Final de la presentación, vienen las preguntas de rigor, una chica a mi lado de piernas cruzadas observaba atenta las explicaciones del artista, un veterano canoso con barba a mi izquierda, que parecía un catedrático, escuchaba erguido mientras se acariciaba la barba como un tic con la mano que apoyaba sobre el brazo pegado a su estómago. Una parejita recostada a la pared, se hacía mimos, observaban desde cierta neutralidad, aunque ella no dejaba de pasar su mano sobre la cabeza donde el tenía los lentes, se apoyaba sobre su cadera, etc, lo normal. Un biólogo molecular, comenzó a preguntar con corrección sobre ciertos patrones moleculares, clasificaciones de proteínas, o algo así que según el no fueron respetadas en la performance.
El artista visiblemente tímido y sin demasiadas ni rigurosas explicaciones, no entra mucho en esos cuestionamientos. Tal vez porque estéticamente se le ocurrió que así quería hacerlo, el biólogo continuaba con tesón *cartesiano* sus preguntas-explicaciones.
La chica a mi lado se descruza de piernas y me mira buscando complicidad con esa actitud de "siempre hay uno...", no tuvo suerte. El veterano canoso, se estira para ponerse cómodo y se recuesta en su silla, deja de peinarse la barba y pasa a contemplar de forma mas laxa, no tan académica, las argumentaciones del biólogo, porque quizás no era su área, o porque disfrutaba de una desinhibición que le gustaría para el.

La parejita recostada a la pared, deja un rato su mundo, ella se acomoda un poco la camisa, el se pone los lentes y cruza los brazos, y comienzan a observar el intercambio con curiosidad y algo de desconcierto tal vez. Como si recordaran de golpe a qué habían ido. Otros se movían, susurraban, sintiendo incomodidad ajena ya sea por el biólogo o por el artista, segun la empatía del momento. Las cámaras que hasta entonces enfocaban al artista, giran para enfocar al biólogo.
Me gustó la situación provocada por la manipulación involuntaria de ese hombre, que dio un giro a lo que hubiera sido un momento mas estandard, y que resultó bastante más vivo e interesante.





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